Warren Bufett saca sus conclusiones y afirma que “toma 20 años crear una reputación y solo cinco minutos arruinarla”.

 
La imagen y reputación de la empresa puede ser algo etéreo, abstracto, pero tiene una base sólida, que se construye poco a poco con muchas acciones encaminadas en la misma dirección a lo largo de mucho tiempo.

La reputación dice mucho de una empresa y es también parte de su éxito y fortaleza. Debe cuidarse en muchas ocasiones casi tanto como sus beneficios, puesto que estos dependen en gran medida de ella.

Cuidar la imagen es importante ya que cualquier mínimo detalle puede dilapidar el esfuerzo de años, y una vez derrumbada esta imagen, cuesta lo mismo o más reconstruirla.

En ocasiones nuestra reputación se puede ver afectada por agentes externos que busquen por diversos motivos dañar nuestros intereses. Desafortunadamente en muchas ocasiones destruir es más sencillo que construir. En esos casos lo mejor es explicar de manera breve, clara y concisa los hechos objetivos para contrarrestar, en la medida de lo posible, los ataques y difamaciones.


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